La comuna de perovskita
Conozco un asentamiento
de ovejas negras aladas
que vuelan enseñando
y vuelan aprendiendo
que los pastores son hachas
cortando alas al ganado.
Con minas de perovskita
ocultas en su paisaje
y secreta industria local
sacan materia efectiva
con ella tejas solares
que energizan cada hogar.
Y dan sinergicamente
con buenos generadores
en ruedas y hélices
petróleo- independientes
avionetas, motos, coches...
¡ sin par gráfico vértice !
Volar es lo más grande:
un poema de agilidad,
la auténtica libertad
y el sueño más elegante.
Discretos filtros, aljibes
y grifos cuyo agua mueve
miniruletas de luz,
invernaderos libres
que a cáñamo, estevia huelen...
como remedios de salud.
Comunitaria estrategia
para irse de vacaciones
y no aguantar pesadeces
con vacas, cabras y ovejas
adoptaron in temores
discurriendo sabiamente.
Evitando feos derroches
transforman cosas en otras,
queman en las glorietas,
re-utilizan a tope,
y usan retretes composta
por no hacerle al agua ofensa.
Volar es lo más grande:
un poema de agilidad,
la auténtica libertad
y el sueño más elegante.
Me cuentan que esa comuna
rica en energías simples,
anarcoalimentaria,
con televisión nula
y "extranjera" escuela libre
predomina como un aria.
Desde su concejo abierto,
contagiando su buen hacer,
sin prisa pero sin pausa,
su frescor va expandiendo
y parece que va a caber
en las quebradizas jaulas.
Pues los barrotes mentales
síntomas del pastoreo
en el redil de la Matrix
son las peores verdades
en contra del apogeo
de la generosa práxis.
Volar es lo más grande:
un poema de agilidad,
la auténtica libertad
y el sueño más elegante.
Ania V.T.